En las noticias: ¿comer más aceite de oliva te hará vivir más tiempo?
Última actualización : 19 January 2022Recientemente, en las noticias se ha informado de que comer más de media cucharada de aceite de oliva al día reduce el riesgo de morir de enfermedades cardíacas y cáncer. Aunque el aceite de oliva forma parte de la dieta mediterránea, reconocida desde hace tiempo como una fuente de nutrientes y sustancias asociadas a la buena salud, hay ciertos aspectos que se deben tener en cuenta al leer los titulares.
El estudio detrás de los titulares
El estudio en el que se basa la noticia utilizó datos de dos estudios previos que comenzaron en los años 70 y 80 y que siguieron la dieta, el estilo de vida y estado de salud de más de 90.000 participantes (alrededor de 60.000 mujeres y 30.000 hombres) durante casi 30 años. Los investigadores analizaron los datos con el fin de observar la relación entre el consumo (o no consumo) de aceite de oliva y la muerte de participantes.
La ingesta de grasas y aceites cambió a lo largo del tiempo entre los participantes, con el consumo medio de aceite de oliva aumentando y el de margarina disminuyendo.
Los investigadores descubrieron que un mayor consumo de aceite de oliva estaba relacionado con un menor riesgo de muerte en general y por causas específicas. Más concretamente, observaron que los participantes que tenían un mayor consumo de aceite de oliva (más de 7 gramos al día o media cucharada) tenían, en general, un 19% menos de riesgo de morir por cualquier causa. Datos más específicos mostraron que también tenían un 19% menos de probabilidades de morir por una enfermedad cardiovascular y un 17% menos de probabilidades de morir por cáncer.
Además, se observaron reducciones consistentes del riesgo de muerte por enfermedades cerebrales degenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, y por enfermedades respiratorias.
Los investigadores concluyeron que la sustitución de la margarina, la mantequilla, la mayonesa y otras grasas lácteas por aceite de oliva podría reducir el riesgo de muerte. Sin embargo, estos estudios no presentan evidencia de que el aceite de oliva fuera preferible a otros aceites vegetales.
¿Qué factores hay que tener en cuenta al analizar las conclusiones del estudio?
- Es difícil asegurar del todo que el consumo de aceite de oliva fuera el único factor dietético y de estilo de vida que afectara al resultado del estudio.
Por ejemplo, los investigadores descubrieron que las personas que consumían más aceite de oliva también solían tener en general una dieta más sana y eran más activas físicamente. Luego, es difícil asegurar que la influencia de otros factores del estilo de vida se elimine por completo del análisis y cuantificar así con certeza la influencia directa e independiente de un único factor como el aceite de oliva.
- Los cuestionarios sobre la frecuencia de los alimentos consumidos pueden no ofrecer una imagen completa de la cantidad y el tipo de aceite de oliva que se consume.
Dado que los cuestionarios sobre alimentos dependen de la memoria de las personas y de la evaluación subjetiva del tamaño de las porciones, puede ser difícil que las personas calculen con precisión su consumo diario de aceite de oliva u otras grasas en los distintos tipos de usos (por ejemplo, para hornear o freír, añadido a las ensaladas o al pan, etc.), que pueden fluctuar con el tiempo. El estudio tampoco tuvo en cuenta los diferentes tipos y calidades de aceite de oliva (por ejemplo, aceite de oliva refinado o aceite de oliva virgen extra), que pueden tener mayores o menores beneficios para la salud.
- "Más de media cucharada de aceite de oliva al día" puede no ser necesario, ya que también se observaron beneficios con ingestas menores.
Aunque el estudio descubrió que un mayor consumo de aceite de oliva se asociaba a un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, cardiovascular y por cáncer, es difícil estar seguro del nivel de ingesta necesario. También se observaron reducciones significativas del riesgo con una ingesta diaria de menos de una cucharadita de aceite de oliva.
- El estudio sólo tuvo en cuenta una población específica de EE.UU. y puede no ser representativo de otras poblaciones, etnias y culturas.
Se trata de un estudio de gran tamaño, pero sólo incluyó a profesionales sanitarios estadounidenses de mediana edad en los años 70-80, en su mayoría mujeres y de etnia blanca en un 98%. Además, los cambios en la dieta y el estilo de vida a lo largo de los años dificultan la comprensión de si las ingestas de aceite de oliva sugeridas tendrían la misma influencia potencial sobre la salud en la actualidad.
¿Qué aconsejan las autoridades?
- La OMS recomienda que menos del 30% de nuestra ingesta energética provenga de las grasas, y que las grasas insaturadas que se encuentran en los aceites vegetales (como el de oliva, girasol, canola y soja) son preferibles a las grasas saturadas de los productos animales como la mantequilla, la nata, el queso, el ghee y la manteca de cerdo.1
- Las recomendaciones específicas sobre el consumo y el uso de los distintos tipos de grasa y aceite varían según los países de la UE. Algunos países cuantifican las cantidades o recomiendan categorías generales o tipos específicos de aceite. La mayoría dice que hay que limitar las grasas saturadas o animales y optar por los aceites vegetales insaturados o de "alta calidad". Algunos países como España, Grecia, Portugal, Rumanía, Malta, Chipre y Croacia especifican una preferencia por el aceite de oliva. Puede obtener más información sobre las directrices dietéticas de su país aquí.2
Más información
- Grasas alimentarias (infografía)
- La importancia de los ácidos grasos omega-3 y omega-6
- Ocho verdades sobre las grasas
- The functions of fats in the body (en inglés)
- What you should know about extra virgin olive oil (en inglés)
Referencias
- Guasch-Ferré M et al. (2022). Consumption of Olive Oil and Risk of Total and Cause-Specific Mortality Among U.S. Adults. Journal of American College of Cardiology 79(2), 101–112.
- World Health Organisation (2015 updated). Healthy Diet Factsheet No 394.
- EU Joint Research Centre. Health Promotion & Disease Prevention – Food-based Dietary Guidelines in Europe. Accessed on 16 Jan. 2022
Referencias
- Wansink B (2010). From mindless eating to mindlessly eating better. Physiology and Behaviour 100:454-463.
- Robinson E, et al. (2013). Eating attentively: a systematic review and meta-analysis of the effect of food intake memory and awareness on eating. American Journal of Clinical Nutrition 97(4):728-742.
- Higgs S (2015). Manipulations of attention during eating and their effects on later snack intake. Appetite 92:287-294.
- Olson KL & Emery CF (2015). Mindfulness and weight loss: A systematic review. Psychosomatic Medicine 77(1):59-67.
- The Centre for Mindful Eating. Principles of mindful eating. Accessed 02 September 2015.
- O’Reilly GA, et al. (2014). Mindfulness-based interventions for obesity-related eating behaviours: a literature review. Obesity Reviews 15:453-461.
- Miller C, et al. (2013). Comparison of a mindful eating intervention to a diabetes self-management intervention among adults with type 2 diabetes: A randomized controlled trial. Health Education Behaviour 41(2):145-154.
- Harvard Health Publications (2011). Mindful eating.
- Harvard Health Publications (November, 2015). 10 Tips for Mindful Eating-just in time for the holidays.